A muchos, la ceremonia de la petición de mano os parecerá algo del pasado, cuando el futuro esposo y el padre de la novia discutían sobre cuántas tierras o vacas se aportarían al matrimonio. Lógicamente todo cambió y hoy es la ocasión perfecta para que los respectivos padres se conozcan antes del día de boda.
La entrega del anillo por parte del novio a la novia, significa su amor sin final, que viene simbolizado por su forma circular. Los más comunes son de oro y diamantes, materiales ambos fuertes y puros, como el amor. La costumbre de llevarlo en el dedo anular viene de la vieja creencia de que la vena de ese dedo llegaba directamente al corazón.
Según se desprende del Antiguo Testamento, ya en aquellos tiempos se pedía la mano de la novia con un anillo.
El Papa Nicolás I, en el siglo IX, decreta que el acto de entregar el anillo a la novia es ya una declaración oficial del deseo de casarse.
Antiguamente, el futuro novio mandaba a sus amigos y parientes en su representación para que conocieran a la futura novia y a su familia. Si estos emisarios veían durante la visita a un hombre ciego, un manco o una mujer embarazada, significaría que el matrimonio podría estar predestinado al fracaso. Por el contrario, nodrizas de varones, lobos o pichones de paloma eran símbolos de buenos augurios.